Cernuda y el pan de Alcalá

Por pura casualidad, encuentro un blog gastronómico llamado «duelos y quebrantos» que reproduce un texto fabuloso de Luis Cernuda. Se trata de un recuerdo imborrable para el Cernuda que está en el exilio: el pan de Alcalá. Introduce la autora del blog el fragmento, que cito a continuación, con estas líneas: «Si hay alguien en quien la memoria culinaria encuentra una excelente prueba de resistencia insobornable, es en el poeta Luis Cernuda, «español sin ganas», exiliado renuente a retornar a su patria y hostil a todo cuanto significase una mínima nostalgia de su tierra».

El PAN. No, no creo ser glotón: uno de los alimentos que más sabrosos hallara siempre ha sido el pan, y en casi todas las latitudes. Pero aquel pan de Alcalá de Guadaira en Sevilla, quién lo probase otra vez. Lo traían hasta Sevilla a lomos de una mula, en amplios serones, los panaderos de Alcalá, que desfilaban por las calles, dejando en algunas casas de tan buen gusto como para requerir que su pan fuese de Alcalá de Guadaira. (…). ¿Cómo se llamaban aquellos bollos que llevaban? Recuerdo las formas de ellos, algunas por lo menos, pero no los nombres. Y el sabor, ¿lo recuerdas? No, es imposible reconstituir en el recuerdo un sabor. Entonces, ¿por qué echas de menos el pan de Alcalá, si no recuerdas su sabor? Recuerdo su fragancia, su suculencia, al menos, incomparables ambas con la de otro pan.

De «Los alimentos andaluces», Luis Cernuda.