El Museo de Alcalá abre su segunda sala permanente

Redacción / Agencias.

La segunda sala permanente del Museo de la Ciudad ya ha sido inaugurada con el título «Alcalá en la Prehistoria». La exposición cuanta con piezas de la colección arqueológica municipal e irá acompañada de talleres didácticos rotatorios. El primero de ellos será «Atrapados en Gandul», que ha contado con una gran aceptación de la comunidad escolar y cuenta con más de mil visitas programadas para los meses de enero y febrero.

La apertura se produce tras el éxito de la primera estancia «Alcalá antes del Hombre» que fue inaugurada en marzo de 2012. Esta exposición muestra una valiosa colección de formaciones neógenas marinas y los fósiles que éstas contienen, con un pequeño apartado final para el Cuaternario. La pieza más afamada de la sala es la recreación a tamaño natural con los fósiles encontrados de una ballena.

«Alcalá en la Prehistoria» explica cómo el territorio de Alcalá de Guadaíra hunde sus raíces en la Prehistoria, y se desarrolla en un recorrido temporal que comienza hace 400.000 años, en el Paleolítico Inferior. Las diferentes culturas y grupos humanos que han transitado este espacio han dejado un legado que se refleja en los casi doscientos yacimientos arqueológicos que se reparten por el término municipal, así como en los materiales depositados en la Colección Arqueológica Municipal.

La exposición, que cuenta con paneles expositivos y restos expuestos en vitrinas, está montada de forma explicativa, lineal y cronológica, entendiendo la importancia de su función didáctica, de ahí que sea muy visual, con dibujos, gráficos y fotografías. Las piezas expuestas (hachas, azuelas, machacadores…), algunas de de excelente belleza y gran calidad, son una selección de la colección arqueológica municipal, del fondo proveniente de la antigua asociación Lugurgentus, y de la donación de piezas de la colección salesiana. La documentación y diseño corre a cargo de los directores de la muestra, los arqueólogos Enrique Domínguez y Lara Cervera.

La muestra comienza explicando la importancia de la arqueología para la interpretación del paso del hombre por el territorio y la recreación del pasado. La primera parada la realiza en el paleolítico, donde se estima que por primera vez fue posible la aparición del ser humano por estos territorios.  En Alcalá no se han encontrado restos de esta época pero sí se conoce que era un lugar de paso para la caza, y en los momentos más tardíos aparecen ya restos de piedra tallada en las terrazas del Guadalquivir y del Guadaíra.

En el Neolítico (6.000 aC) los pobladores comenzaron a asentarse aunque aún los restos son escasos porque dejaban poca huella, aunque sí se registran  primero grandes piedras y luego láminas rocosas pequeñas (microlitos), usadas para hacer herramientas empleadas en la caza o la agricultura y la vida cotidiana. Es ya en el calcolítico (3.000 aC) cuando se obtienen más datos y se conservan los mayores restos de asentamientos, almacenes, fortificaciones o enterramientos. Entre ellos destacan el yacimiento arqueológico de Gandul, una de las zonas funerarias de las más importantes de Andalucía Occidental. A ello se dedica una parte destacada de la muestra.

La última etapa que marca esta exposición es la Edad del Bronce (segundo milenio aC) época en la que se asuntan los habitantes y se desarrollan aunque con desaparición de muchos asentamientos en llanura y aparición de otros en altura y fortificados.

La apertura de esta sala da continuidad al proyecto municipal para que el Museo destine la planta baja a realizar un recorrido completo por la historia de este territorio. En el futuro se dedicarán otras salas a exposiciones permanentes de los restantes períodos históricos, como la etapa medieval o la edad contemporánea.